Berea
EL QUE VIAJA SIEMPRE LLEGA A SU FIN, EL QUE PEREGRINA VUELVE A COMENZAR
Conoce un poco más sobre este destino
Alrededor del año 50, la labor de los dos misioneros, Pablo y Silas había sido tan fructífera, que una gran multitud en Tesalónica se hizo creyente. Pero entonces se alzó contra ellos una turba. Para no comprometer su seguridad ni la seguridad de la joven congregación, se decidió que ambos partieran enseguida de la ciudad. Así que huyeron del puerto macedonio de Tesalónica en la mitad de la noche y se encaminaron hacia su siguiente destino misional: Berea.
Narra el libro de los Hechos (17,10-15):
“Aquella misma noche los hermanos hicieron salir a Pablo y a Silas para Berea. Ellos, tan luego llegaron, se fueron a la sinagoga de los judíos. Éstos eran más nobles que los de Tesalónica, y recibieron con toda avidez la palabra, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si era así. Muchos, pues, de entre ellos creyeron, y además mujeres griegas distinguidas y no pocos hombres. Pero en cuanto supieron los judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada por Pablo la palabra de Dios, fueron también allí, para agitar y alborotar las turbas. Al instante los hermanos hicieron salir a Pablo, camino del mar, pero quedándose allí Silas y Timoteo"
Hoy, la ciudad de Berea que visitamos para recordar allí los viajes y predicación de San Pablo, se llama Verria y se encuentra en el estribo oriental del verde monte Bermión. Está situada a unos 65 kilómetros al suroeste de Tesalónica y a 40 kilómetros del mar Egeo.
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